jueves, 3 de febrero de 2011

Etc.

Ahí estas... en pijama, con el café en la mesita redonda, en mano derecha el cigarro y en la izquierda las ganas de confesar que te sintes ''desprendida'', te mueves con pasos rápidos pensando, que la soledad, no aniquila pero que es cansada; no puedes estar quieta y tomas uno de esos dulces rosas que te receto el doctor.  Subes y te recuestas en la cama con el achaque mental y la ruptura controlada de aquellos miedos. Te acomodas, lloras, piensas silenciosamente, te ries, reconoces las paredes de la habitacion y duermes cual genio, en su lampara.

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